Los suelos de madera suelen provocar ruidos molestos con el paso del tiempo. Si tu suelo cruje con cada pisada tenemos una solución: la parafina.
Antes de colocar clavos en las tablas que crujen, la mejor opción es rellenar tus tablas con parafina. Detecta qué tablas de madera son las que crujen e introduce en ellas parafina caliente por las juntas laterales de cada tabla. Si no encontráramos hueco o viésemos que la parafina no se absorbe, prueba a realizar un pequeño agujero en la tabla. Una vez introducida, tápalo con masilla y barniz.
Cuando esté todo seco aplica cera a tu suelo de madera. ¡Habrá dejado de crujir!